Variación lingüística en ENEM: un análisis de cuadernos de 2017 a 2023

Resumen

El lenguaje puede estar condicionado por factores internos, en su sistema fonético, léxico, morfológico, sintáctico, fonológico, discursivo y semántico, y por factores externos, tales como: sexo o género, nivel educativo, grupo etario, clase social, etnia, región, oralidad y escritura. Por lo tanto, el espacio escolar puede funcionar como un lugar de socialización, que respete las diferencias lingüísticas, y que reconozca la heterogeneidad como un factor intrínseco del lenguaje, especialmente al final de la escuela secundaria, etapa en la que los estudiantes rendirán el Examen Nacional de Bachillerato (ENEM). Esta percepción contribuye a la reducción del prejuicio lingüístico, ya que el uso real de la lengua va más allá de los conceptos impuestos por la Gramática Normativa. Además, abordar este tema en la escuela y en los exámenes nacionales contribuye al reconocimiento de la pluralidad de usos de la lengua, además de corroborar que se utiliza de diferentes maneras en diferentes contextos y con diferentes propósitos. Esto abarca desde situaciones más formales, como la escritura académica, hasta interacciones cotidianas informales. Por lo anterior, este trabajo tuvo como objetivo analizar el tratamiento dado a la variación lingüística en la prueba de lengua ENEM en los años 2017 al 2023. Como procedimiento metodológico se utilizó la investigación bibliográfica y documental. Como resultado, se observó que la variación geográfica, histórica y diamésica son las más utilizadas, sin embargo, la prueba aún ofrece una discusión superficial sobre la variación, sin profundizar en temas como el prejuicio lingüístico, por ejemplo.