La filología viviente de A. Gramsci

Resumen

Aunque no era un metodólogo stricto sensu, habiendo criticado la formulación de un método estándar, Antonio Gramsci propuso cuestiones relevantes para el estudio de la teoría política. Es posible trazar paralelos entre sus formulaciones y el debate del contextualismo lingüístico de los años 1960 animado por las contribuciones de Q. Skinner. Me refiero al enfoque de las relaciones entre el texto y el contexto, desarrollado por contextualistas en oposición a la escuela textualista de análisis. En este artículo pretendo argumentar que Gramsci puede ser aproximado a esta tendencia en lo que se refiere al abordaje histórico de los textos políticos y en la atención al estudio filológico. Sin embargo, fue con la formulación de la relación entre historia y política que trató de superar la perspectiva abstracta y puramente hermenéutica del estudio de los textos, considerando que toda obra del pensamiento político es política y, en esta clave, también debe entenderse la recepción y el uso de textos en los diferentes contextos en que se leen e interpretan. Esto lo conduce a explorar el texto considerando las disputas y conflictos políticos en los que se moviliza, así como le permitió tratar de las obras de creación individual y de los intelectuales como parte del aparato de hegemonía, capaces de delinear o conformar contextos lingüísticos determinados y segundo una "dirección" preestablecida.